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Sin dudas nuestro continente ha desencadenado episodios de vasallajes, despojos y aniquilamientos producto de las conquistas de dominio por los regímenes criollos. Propio de la bio conducta que ha imperado entre los sectores de poder en la evolutiva vida de los estados, cuya esencia de gobernanza la agresión y muerte predomina como eje de salvación ante las crisis generadas por el propio sistema espiral. Estas son las circunstancias, que se transfieren en el pensamiento de múltiples generaciones de los pueblos, cuando se levantan por la infinita injusticia que provoca los ajustes económicos y políticos bajo el so pretexto de las guerras por los minerales, las transiciones sistemáticas, o el estado de terror promovido por el fantasma de la oposición ideológica. Clásico de la narrativa conservadora, que impulsa más a los pueblos a refundar sus destinos.

La actual escena popular, que circula en cada patio y urbe de la IndoAmérica; invisibilizada por los tradicionales medios masivos, vilipendiada por los gobiernos de turno y estigmatizada de costumbre en el apartheid de la discriminalización del new world order. Toma relevancia en los sectores sociales antagónicos, máxime en la transición generacional amenazada por la era de la tecnología inteligente, que se disputan astutamente en no ser sujeto de dominio, pero de resistencia y liberación en las convocatorias callejeras en rechazo a las políticas neoliberales que se promueven en el discurso del adoctrinamiento verde con miras a los nuevos estándares de la producción energética para soslayar de manera diplomática el compromiso ante la crisis planetaria.

Los diálogos de mesa redonda, la mediación clerical y los cabildeos de aire acondicionado, pasaron a ser instrumentos de desmovilización superado por el panfleto virtual. El editorial noticiero generado del carcomido pensar de la elite mediocre que aún busca confundir, no representa ni siquiera una amenaza a la desobediencia promovida en las redes sociales virtuales del status quo hasta de códigos libres. La manipulación vestida de call center como servicio público, es desconfigurada en tiempo real con el éxodo de calor humano en las plazas y calles.

Comparativas, que nos invita a valorar a los héroes anónimos del ayer, quienes transitaron montañas, senderos de cementos entre dictaduras militares y la nula visibilidad de la represión y muerte, como en la actualidad la tejemos cibernéticamente. Hoy nos vemos entre las miradas de esperanzas, la ansia radicalidad descolonial de retomar el papel histórico de edificar modelos de vida integral con la ancestralidad y la pluralidad crítica de pensares. Esto abre el debate y reflexión para la acción sobre cuál es la ruta colectiva a caminar como ya se propaga en los autoconvocados, en los desalienados, y exorcizados de los mercados del capitalismo voraz. Animaos a quienes emprenden proyectos para los tiempos, para la dignidad y vida, sin cabizbajos inmorales de lucha. Así lo podemos emular de las hermanas y hermanos en:

Ecuador que enfrenta un paro nacional convocado principalmente por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) y organizaciones sociales. Protestas que surgen tras la eliminación del subsidio al diésel decretada por el gobierno de Daniel Noboa, medida que ha impactado directamente a sectores como el transporte, la agricultura y comunidades indígenas. Movilizaciones que han registrado cierres viales en Quito, Cotopaxi, Imbabura, entre otras provincias, así como enfrentamientos, detenciones y heridos.

En Perú, el movimiento juvenil denominado «Generación Z» ha encabezado las manifestaciones en Lima y otras ciudades contra el gobierno de Dina Boluarte y al Congreso debido a la reforma pensional, aumento de corrupción y extorsiones enquistadas en los gobernantes.

En Brasil, decenas de miles de personas en las calles en diversas ciudades para protestar contra la amnistía e inmunidad que pretende otorgar el parlamento a Jair Bolsonaro y otras personas acusados de delitos relacionados con el intento de golpe de Estado a Luiz Inácio Lula da Silva en el 2022 y promotores del neofacismo en el país.  Las movilizaciones han estado bajo las consignas como «Dictadura nunca más» y «Sin amnistía».

En Panamá la lucha y defensa a los dirigentes sociales, educadores agremiados, sindicatos de trabajadores y sectores sociales organizados que luego de la huelga nacional de abril, mayo, y junio están siendo hostigados y judicializados bajo el régimen dictatorial de José Raúl Mulino. Solo por rechazar la Ley 462 que reforma la seguridad social en detrimento de los asegurados, el Memorándum de Entendimiento entre Panamá y los EEUU que viola la soberanía territorial, la apertura de mina Cobre Panamá subsidiaria panameña de la minera canadiense First Quantum Minerals y la megaobra reservorio multipropósito sobre río Indio. Todo aquello con el aumento de la corrupción, la acrecentada desigualdad social y falta de justicia social en diversos sectores de la vida productiva del país.

Ecos de denuncias y justicia también se exigen en las comunidades mapuches en especial por la aparición con vida de Julia Chuñil defensora del bosque nativo y la protección de tierras ancestrales contra la expansión de la industria forestal, además justicia ante el aumento de la violencia, criminalización y asesinatos contra ambientalistas en América Latina en el 2025. De igual forma contra comunicadores populares y medios independientes enjuiciados y clausurados.

Y la creciente movilizaciones en solidaridad con el pueblo de Palestina registradas en varias ciudades de la región, que exigen el fin del genocidio ejecutado por Israel y el reconocimiento del Estado palestino. En esta escena, los movimientos sociales resaltan la importancia del papel histórico de América Latina en rechazo al colonialismo y al intervencionismo en la región, que se refleja en la crisis humanitaria y el conflicto en Gaza.

Un grito de esperanza se escucha entre la multitud, entre la diversidad de los medios de información independientes, con el encendido del fuego colectivo del campo, con el caminar del indomable originario, con la pluralidad cultural bajo principios y respeto como autonomías colegiadas, la campesinada navegando los ríos de paz y amor, el despertar de la niñez y juventud ante cualquier intento de alienación, y todas y todos en una misma canción, que es la VIDA.

*Abogado / Comunicador Popular en Panamá y Latinoamérica. Director de la organización ciudadana Colectivo Voces Ecológicas COVEC y su medio virtual www.radiotemblor.org. Freelancer / Reportero internacional

Foto: Protestas en Copacabana. Brasil. @pedhenrocha / Midia Ninja

Last modified: 28/09/2025

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