La poesía como territorio y resistencia

Written by | Alternativas Socioecológicas, Panamá

Desde las urgencias sociales comunes de nuestros países; desde las tensiones y contradicciones de la realidad; desde el lenguaje y la imaginación que construyen canales de comunicación, la poesía emerge como un refugio y un escudo contra la indiferencia y la insensibilidad. El reciente Tercer Encuentro de Poesía Hispanoamericana “Mario Alejandro Guíñez”, celebrado en Panamá, entre el 11 y el 14 de agosto, demuestra que el hecho estético es un espacio de convivencia. La poesía se revela como una zona vital, una comarca de artesanos, de tejedores de palabras, una lengua que es una semilla que crece desde la interacción, la cultura, la identidad y la memoria colectiva. El encuentro se realizó en la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R.

Pese a que la cita poética coincidió con la Feria Internacional del Libro, la reunión fue un éxito. Una nota del escritor Luis Carlos Serrano, uno de los organizadores, destaca una asamblea de voces de Sudamérica, España y Panamá, un coro polifónico que trascendió fronteras.  No solo hubo lecturas, también el público disfrutó de conversatorios, rondas poéticas, presentaciones de libros, conferencias y actividades de integración que abordaron la poesía como vehículo de identidad, memoria y unidad de los pueblos.

El convivio demostró que la poesía es un concierto de voces que conecta la geografía de los territorios de nuestros países. La poesía es el hilo que vincula la ciudadanía con el recuerdo íntimo, la denuncia social, el reclamo personal, la identidad cultural y la memoria. En un continente marcado por fricciones sociales, la construcción de identidad a través de la palabra poética es un acto político de resistencia. Permite decir “nosotros” sin borrar las singularidades y encontrar una cartografía común en la diversidad.

La iniciativa de premiar a figuras nacionales como Héctor Miguel Collado, Rubén Contreras, Indira Moreno, Juan A. Gómez, Margarita Vásquez, Mario García Hudson o Ernesto “Neco” Endara constituye un acto que va más allá del reconocimiento individual, porque Panamá es visibilizada desde sus escritores y artistas. Estas distinciones, incluyendo la Medalla de Paz en homenaje a Jorge Mario Bergoglio, señalan un camino a seguir que se bifurca: el de la persistencia y la solidaridad; porque se honra a quienes han dedicado una vida a cultivar la paz desde las palabras y las acciones.

Dedicar el encuentro al poeta chileno Mario Alejandro Guíñez es otro gesto cargado de sentido poético, porque la poesía vive en esa tensión entre el pasado y el presente, heredando las voces de quienes la precedieron para darles nuevo aliento. Es una cadena ininterrumpida de significados que se renueva en cada verso y en cada gesto de humanidad.

La decisión de que el próximo encuentro sea en Argentina, bajo el nombre de Samuel Cavero Galimidi, ratifica que este no es un evento efímero. Es el capítulo de un relato que se prolonga de nación en nación. Panamá, como país de tránsito, se robustece como un cruce de caminos para la cultura. La develación de una placa conmemorativa en la Biblioteca Nacional es la materialización de un deseo compartido; el espíritu de un diálogo permanente, impregnado en las paredes y los libros, que recordará que en ese recinto la poesía estará siempre presente.

En tiempos de desesperanza y de incertidumbre, cuando los problemas sociales parecen irreductibles y la cultura se reduce a un producto de consumo y espectáculo, la poesía ofrece un tipo de resistencia significativa. La poesía es la raíz telúrica que fortalece el ser latinoamericano. Es un instrumento de cambio social porque cada vez que actúa lo hace desde una situación que nace de una proyección que intenta transformar al mundo.

La poesía devuelve a las palabras su peso y su levedad, su presencia y su ausencia, su ruido y su silencio, su capacidad de construir y destruir. La poesía contiene la historia existencial de la gente. Es un migrante que va de patria en patria. Es una alforja que lleva el dolor de las injusticias y la humanidad de los pueblos. La poesía, como hecho creativo, como obra, constituye una toma de conciencia colectiva, desde una conciencia individual, parafraseando a Lucien Goldmann, para quien el carácter privilegiado de la creación está en el grado de coherencia. Por otra parte, el sentido de la poesía a veces es irracional y este grado de incoherencia, sin embargo, constituye una forma de coherencia que le da sentido a la realidad.

El verdadero éxito de este encuentro en Panamá radica en la reafirmación de un pacto tácito: el de seguir creyendo en el poder creativo del lenguaje para sanar, para unir y para imaginar futuros posibles y distintos. Para darle un sentido a la irracional realidad y una respuesta a los problemas del ecosistema.  La poesía, en esencia, es el antídoto contra la indiferencia y la banalidad. Nos obliga a detenernos, a escuchar el ritmo de los acontecimientos, a pensar y sentir el corazón del otro. Que la divina gracia acompañe a los poetas en su próximo encuentro. 

Por: Carlos Fong. Narrador, ensayista y narrador oral panameño

Fotografía: Olmedo Carrasquilla Aguila

Last modified: 27/08/2025

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