Written by | Alternativas Socioecológicas

La catástrofe climática provocada por el ser humano es una realidad desde hace mucho tiempo. Sus efectos son evidentes. Lo que antes era el “verano del siglo” es hoy la nueva normalidad. Invierno sin nieve o con temperaturas árticas, todo el mundo se da cuenta de que el clima ha cambiado. La destrucción de las selvas no hace sino fomentar la catástrofe climática por lo que proteger las selvas es crucial para el clima.

Información breve sobre el clima y las selvas tropicales

Cómo se conectan el clima y las selvas tropicales

Árboles robustos forman una espesa cobertura (© Dr Morley Read / shutterstock.com)

Las selvas tropicales son ecosistemas complejos, en los que plantas, hongos y animales se interconectan estrechamente. Desempeñan un papel fundamental en el clima local y global. Las plantas absorben el dióxido de carbono (CO2) del aire. Con la ayuda del agua y la luz solar producen los azúcares de los que se derivan todas las sustancias que componen las plantas. De este modo, el carbono se encuentra en los troncos, las hojas y las raíces y el oxígeno se libera a la atmósfera en el proceso de la fotosíntesis.

Se calcula que las selvas tropicales retienen 250.000 millones de toneladas de CO2, gran parte de las cuales se almacenan en los bosques de turba. A nivel mundial, significa 90 veces las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el ser humano al año. El 40% del oxígeno liberado a la atmósfera procede de los bosques tropicales. Por eso, la imagen de los bosques como “pulmones de la tierra” no es del todo exacta, pero sí muy significativa.

Las mismas selvas tropicales producen buena parte de las precipitaciones distribuidas uniformemente a lo largo del año. Un aspecto importante es la evapotranspiración, es decir, la humedad que liberan las plantas a través de sus hojas. Aunque en los bosques hace calor y hay humedad, las nubes irradian gran parte de la luz solar al espacio y, por tanto, enfrían la atmósfera. Sin este efecto, estas zonas serían aún más calurosas.

Como almacenes de carbono y generadores de lluvia, las selvas y bosques intactos desempeñan un importante papel en la prevención del cambio climático y para contrarrestar la catástrofe climática.

Problema inminente: la catástrofe climática y la destrucción de las selvas

Producción de petróleo en la selva, Ecuador (© Nathalie Weemaels)

Los bosques tropicales tienen cada vez menos capacidad para cumplir su función estabilizadora del clima. Su destrucción para dar paso a plantaciones de monocultivo, pastos o proyectos mineros libera grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Los incendios forestales de 1997 en Indonesia  representaron un tercio del total de las emisiones mundiales. La destrucción de los bosques de turba es especialmente devastadora.

Según un estudio publicado en la revista Nature, a partir de 2035, debido al aumento del cambio climático los bosques tropicales podrían pasar de ser almacenes de CO2 a convertirse en fuentes de CO2 exclusivamente, fomentando aún más la catástrofe climática.

Como el ecosistema de los bosques tropicales está muy interconectado, toda la red del sistema climático puede verse comprometida si resulta dañado uno solo de sus puntos de contacto. Por ejemplo, el ciclo del agua. Si se dan periodos más secos debido al cambio climático global, lo que ya se ha observado, este ciclo puede colapsar. Las selvas tropicales siempre verdes y exuberantes se están convirtiendo en sabanas con menos especies. El clima está cambiando: es cada vez más seco y cálido.

De hecho, los 18 denominados puntos críticos de no retorno en el sistema climático suponen una amenaza especial. Si por ejemplo, el cambio climático alcanzara un determinado nivel en la Amazonía, el proceso y la pérdida de la selva tropical en su forma actual no podrían detenerse.

De todas formas, una cosa está clara: la catástrofe climática está siendo provocada por el ser humano. El 98% de los científicos que trabajan en temas climáticos están de acuerdo. Como el clima es un sistema muy complejo, los investigadores descubren constantemente nuevas relaciones, interpretan los datos de distintas maneras y revisan las predicciones. En la ciencia, esto es bastante normal. Sin embargo, las conclusiones de los climatólogos son cada vez más alarmantes.

Solución: protección de los bosques tropicales es igual a protección del clima

Selvas tropicales intactas son hogar de innumerables especies, muchas aún desconocidas por la ciencia. (© Mathias Rittgerott)

Para garantizar la protección del clima, es urgente preservar totalmente las selvas tropicales que quedan, por ser indispensables como almacenes de carbono. Su destrucción sólo agrava la catástrofe climática. Por lo tanto, la protección del clima es la protección de los bosques tropicales que de hecho, son interdependientes. Las urgencias son:

  • Preservar la integridad de los bosques tropicales y tratar los daños causados a estos ecosistemas. Además de almacenes y depósitos de carbono, son ecosistemas y lugares habitados por millones de personas, muchos de ellos pueblos indígenas.
  • Reforzar por tanto el respeto a los derechos de los pueblos indígenas que viven en las selvas tropicales, que son su territorio, y dependen del mismo para su subsistencia. De hecho, estos pueblos son los mejores defensores de las selvas.
  • Preservar la biodiversidad. La catástrofe climática y la extinción de las especies son dos crisis existenciales que se han de afrontar mano a mano.
  • Reducir nuestro consumo de energía y materias primas en lugar de mantenerlo al mismo nivel, pretendiendo que los productos ahora son “verdes” sólo por etiquetarlos de este modo y sin llevar a cabo mayores cambios o esfuerzos.
  • Más bien, es necesario cambiar radicalmente nuestro modo de vida y nuestro modelo económico.
  • Abandonar las fuentes de energía fósil.
  • Reformar la falsa política climática: acabar con los biocombustibles, especialmente los basados en el aceite de palma, soja o caña de azúcar y detener la quema de árboles en las centrales eléctricas de biomasa de madera.
  • Rechazar el comercio de carbono, como sistemas de compensación que permiten, por ejemplo, que las empresas paguen por medidas de protección del medio ambiente obteniendo de este modo permiso de seguir emitiendo gases de efecto invernadero y contaminando.
  • Después de la pandemia de Covid 19, remodelar la economía y la sociedad de forma respetuosa con el medio ambiente. No debe haber “programas de estímulo económico” con viejas recetas.

La pandemia ha demostrado que son posibles cambios rápidos y profundos ante una crisis existencial y que sería posible adoptar una estrategia urgente también para confrontar la crisis climática.

Fuente: Salva la Selva

Last modified: 25/08/2022

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