De los pueblos originarios panameños a los pueblos telúricos mapuches

Written by | Observatorio Socioambiental, Panamá

De caminos escabrosos a las esperanzas espirales

De los pueblos originarios panameños a los pueblos telúricos mapuches

Acudo bajo estas escrituras a la permanente invocación colectiva de la solidaridad ante las represiones y exterminio que sufren los guardianes de la tierra: Pueblos Telúricos (Grupos que se organizan para oponerse al Terricidio[1], repensándose como seres de la Tierra o fomentando alianzas con los pueblos). Diversas escenas territoriales actuales se entrelazan convulsivamente a un dictamen de modelo excluyente cuya mirada homogénea polariza el debate sobre qué camino seguir en la configuración de los mundos. Pues, nuestro mundo, ese de la pluralidad de pueblos, saberes y desafíos nos identifican ante la arremetida de cómo el capitalismo y gobiernos de la región, mantiene una férrea resistencia. Sus causales son las permanentes pugnas entre el mercado y los bienes comunes agravando más la crisis global del clima y las guerras.

En ese contexto, se debaten entre el autoritarismo y la autodeterminación de los pueblos a decidir deliberadamente qué modelo de vida seguir más allá de fórmulas de solución inventadas e importadas de la economía elite. Reencontrándonos con nuestras raíces, las memorias de nuestros ancestros y el entorno genuino como llegamos a habitar la tierra.

Este posicionamiento conecta a los pueblos originarios de Panamá y al pueblo mapuche perteneciente a Walljmapu, ambos con la esperanza de justicia, verdad, reintegración y no solo de reparación por los ataques sistemáticos ejecutados por la unidades del control de multitudes (UCM) sobre los pueblos panameños y por gendarmería sobre territorio originario mapuche.

El 23 de abril, el pueblo panameño declaró una huelga indefinida contra la aprobación de la Ley 462 de la Caja de Seguro Social, la reapertura de la mina Cobre Panamá, los reservorios multipropósito y la entrega de la soberanía territorial a las políticas injerencistas de los Estados Unidos. Demandas que provocarían que el actual presidente José Raúl Mulino alineara todos los estamentos de seguridad para desplegar y controlar las diversas protestas en el istmo. Su vil ejecución militar está prohibida como lo expone el Artículo 305 de la Constitución Política: “La República de Panamá no tendrá ejército permanente”. Esta estrategia militar fue acompañada por la censura periodística con destellos de odio a los manifestantes y, en muchos casos, representantes de organizaciones populares y de bases fueron encausados judicialmente, faltando al debido proceso de asistencia legal y hasta actos de torturas sin importar el género y condición de salud.

A miles de kilómetros, pero conectados por la sangre territorial ancestral y de las venas de la naturaleza, se ejecuta un crimen político, espiritual y cultural, un proyecto de aniquilación vinculado a la imposición de modelos económicos extractivistas y la negación de la existencia y del conocimiento de los pueblos originarios tanto en Ngulumapu (Estado chileno) como en Puelmapu (Estado argentino). Ambas territorialidades son sometidas bajo masiva fuerzas represivas con criminalización y estigmatización a los mapuches, con ataques y detenciones arbitrarias a mujeres e infantes. Tal es el caso del desalojo en Lof[2] Pailako en Chubut (Argentina) y el hostigamiento a mapuches en la región de Los Ríos que luchan contra una central hidroeléctrica o detenciones arbitrarias como el caso de Francisca Curihuinca Calcumil acusada por la industria forestal (Chile). Ambas escenas evidencian una criminalización y represión estatal vinculada al despojo territorial a favor de empresas extractivistas.

A lo expuesto, rechazo estás formas de violencia contra la vida, la cual no tiene fronteras a la emergente sed de justicia y libertad. Tales circuntancias por mandato de la cosmovisión y el legado de nuestras abuelas y abuelos como lo consideró, la sagrada amazonía del Ecuador me hizo encontrar con la weychafe Moira Millán. Ambos en misiones distintas, pero igual objetivo, enlazamos vivencias y experiencias de nuestros pueblos en resistencia. Ambos provenientes de culturas distintas, una de saberes populares mesocaribeño y otra de saberes sur andino motivados y comprometidos por la lucha contra el capitalismo, extractivismo y patriarcado.

En esta coyuntura, el destino me trajo una obra literaria fundamental como fuente descolonial escrita por Moira: Terricidio. Un libro que en el momento de la afrenta represiva panameña ha enriquecido posicionandonos de valor, organización y lucha.

Cuando se decreto el estado de emergencia el 23 de junio en la provincia de Bocas del Toro al noroeste de istmo panameño, suspendió las garantías constitucionales como la libertad de reunión, tránsito y otras, la población quedó a  merced de un intervencionismo atroz de parte del aparato represivo estatal. El cerco mediático, el nulo acceso a las comunicaciones (telefonía e internet) constituyeron el escenario propicio para vulnerar y violar los derechos humanos de los habitantes y dio como resultado 311 detenciones, 22 heridos de arma letal, además de heridos que por temor a represalias no acudieron a los centros de salud y dos muertos[3].

De igual dosis sufrieron los pueblos originarios Emberas de Arimae,provincia de Darién el 5 de junio cuando fueron reprimidos porel Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT) disparando gases lacrimógenos y perdigones causando heridas graves. Igual escalada se dio en El Piro de la provincia de Veraguas adyacente a la comarca indígena Ngöbe Buglé (Región de Ñürüm) que día y noche fueron perseguidos, detenidos, torturados con un joven herido de bala a cargo de la policía nacional bajo la oscuridad de la madrugada del 15 de mayo.

Estos hechos terrorificos, como cacería humana basada en discriminación, son similares al sufrimiento vivido por las mujeres y niños en la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu, como cuando en octubre de 2022 las fuerza del Estado argentino reprimieron, allanaron y encarcelaron a sus habitantes o, en diversos periodos, se registran crimenes como es el caso del joven mapuche Rafael Nahuel. Todos víctimas de un Estado Federal represor que hasta el día de hoy no ha restituido el espacio sagrado territorial.

Los episodios hostiles para los pueblos de ambas territorialidades mantienen un estado de incertidumbre, donde las instituciones de justicia, su imparcialidad y celeridad,  responden a un régimen dictatorial donde, pese al pronunciamiento de organismos internacionales de derechos humanos, los estados dirigidos por Mulino y Milei desconocen principios humanos como la autodeterminación de los pueblos.

Los pueblos de Abya Yala conllevan una Agenda Solidaria, basadas en elementos comunes entre sus espiritualidades, memorias y luchas, determinados a refundar las naciones hacia una calidad de vida digna y común. Nuestros pueblos, en el marco de la crisis planetaria, promueven una Transición Energética Justa y Real consensuada con todos los sectores de la sociedad garantizando sistemas de producción responsable (energético, agroproductor, ambiental, etc.) y en equilibrio con los bienes comunes que nos ofrece la Naturaleza.

“Tenemos por delante un gran desafío, deshilachar las mortajas coloniales que nos envuelven y que van coartando nuestra libertad y vida. La libre determinación de los Pueblos Indígenas y de las mujeres indígenas no sucederá sin garantizar nuestra libertad y derechos. Amados hombres indígenas, ¡para que seamos luz que nutra con fuerza el renuevo generacional, ya no seremos la sombra que hemos sido siempre, estamos naciendo en una rebelión de flores, fuertes, firmes y decididas a vivir!”. Moira Millán.

Por: Olmedo Carrasquilla Aguila. Abogado / Comunicador Popular en Panamá y Latinoamérica. Director de la organización ciudadana Colectivo Voces Ecológicas COVEC y su medio virtual www.radiotemblor.org. Freelancer / Reportero internacional

Referencias bibliográficas

Millán, M. (2024). Terricidio: Sabiduría ancestral para un mundo alterNATIVO [Ensayo]. Editorial Sudamericana.

Informe Preliminar sobre violaciones de Derechos Humanos gestionado por la Coordinadora Popular de Derechos Humanos de Panamá (COPODEHUPA) 2025.

Comisión Interamericana de Derechos Humanos. (11 de julio de 2025). CIDH llama a continuar el diálogo y el respeto a los derechos ante la conflictividad social y estado de urgencia en Panamá [Comunicado de prensa No. 138/25]. Organización de los Estados Americanos (OEA). Washington, D.C.


[1] Concepto promovido por el Movimiento de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir, que describe el exterminio sistemático de toda forma de vida tangible y espiritual.

[2] Comunidad mapuche.

[3] Informe Preliminar sobre violaciones de Derechos Humanos gestionado por la Coordinadora Popular de Derechos Humanos de Panamá (COPODEHUPA) 2025.

Presentación de la obra: Terricidio: Sabiduría ancestral para un mundo alternativo por Moira Millán. Ciudad de México, noviembre 2024.

Last modified: 17/08/2025

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