La única salida ecológica, la reducción radical en el despilfarro de energía

Presentación en el Foro Alternativa Energética Ecologista el 15 de junio de 2021, organizado por Cambiemos el Sistema No el Clima.

Consciente del papel central del consumo de energía en la aparición del colapso del clima y la ecología de los territorios, desde su fundación en 2019, el colectivo Cambiemos el Sistema No el Clima ha concedido una gran atención al tema energético y lo ha incluido en su carta del 9 de septiembre de 2019 dirigida al Estado mexicano, con el objeto de demandar la publicación de una declaración de Estado de Emergencia Climática en México y en su petición en change.org,  para hacer la misma demanda.

En 2020, el colectivo CSNC elaboró un documento de trabajo sobre la propuesta energética, con el fin de contar con una propuesta energética para México que responda a los principios ecologistas y a la Emergencia Climática en la que nos encontramos; es decir: no hacer propuestas que, debido a intereses políticos o económicos, puedan engañar o diferir la mitigación del predicamento climático y ecológico de los territorios.

En diciembre de 2020, esta propuesta energética fue aprobada para su consulta al igual que la realización de un foro con investigadores en los asuntos energéticos, como el que ahora celebramos, para someter esta propuesta energética a la crítica de estos investigadores.

Esperamos que los ponentes en este Foro sobre la Alternativa Energética Ecologista puedan hacernos el favor de opinar sobre esta Propuesta Energética Ecologista que ha sido circulada desde hace algunos meses en muy diversos ámbitos sociales.  

¿Por qué se necesita urgentemente en México una alternativa o propuesta ecológica en torno al tema energético, sustentada por un gran consenso social?

Ante todo, se necesita en México una alternativa o propuesta energética ecológica, por la estrecha relación que existe entre el colapso del clima y la ecología de los territorios y el consumo de electricidad, gas, gasolinas, carbón y petróleo y por el enorme daño que han causado y pueden causar en México y en otros países estos colapsos.  Los más poderosos gobiernos del mundo- el gobierno de Biden- empiezan ahora a reconocer los daños que pueden ocasionar estos colapsos globales; saben que el colapso climático puede en algunos años echar abajo la economía mundial y los modos de vida de sus opulentas sociedades; saben que puede ocasionar grandes desastres en varias dimensiones fundamentales para la existencia de la Humanidad. 

Ellos saben que el colapso del clima se ha convertido en el mayor desafío para la humanidad. Nunca en la historia, la humanidad ha enfrentado una amenaza existencial de esta dimensión, ni siquiera con la explosión de las bombas atómicas.

Y saben que hay un gran consenso científico sobre el colapso del clima, expresado en el informe de 2018 del Panel Internacional de Expertos en Cambio Climático, el IPCC: sólo tenemos hasta el 2030 para reducir a la mitad el consumo de combustibles fósiles: carbón, petróleo, gas natural y gas licuado.

Por otra parte, las sequías, incendios forestales, tormentas y huracanes nunca vistos y otros efectos del colapso del clima y la ecología de los territorios en México están provocando daños descomunales y pueden provocar daños mucho mayores en los próximos años.

Sin embargo, el gobierno mexicano, los partidos políticos, las grandes universidades y las grandes ONGs, guardan hasta hoy un gran silencio en torno a estos terribles desafíos. Se han posicionado en una forma de negacionismo del colapso del clima, muy cercana a la que tienen los grandes empresarios mexicanos.

No podemos apoyar esta gran irresponsabilidad gubernamental, académica y empresarial mexicana. Es necesario romper el silencio y construir a la brevedad posible, en nuestro país, una alternativa eficaz al consumo de combustibles fósiles que tenga en cuenta este consenso científico y que, además, tenga un gran apoyo social; hacer una propuesta energética ecologista que nos permita cumplir con lo que nos pide el informe del IPCC de 2018 y que sea aceptable, para la parte más consciente de la sociedad mexicana.

Es urgente dejar bajo tierra casi todo el carbón, el petróleo y el gas que podría extraerse en México y en el mundo.  

¿Por qué el consumo de combustibles fósiles daña mucho la estabilidad del clima y la ecología?

Desde hace más de un siglo, científicos como Fourier, Eunice Foot y Arrhenius advirtieron sobre el efecto de calentamiento ambiental que tiene la acumulación de gases en la atmosfera terrestre como producto de la combustión de carbón y petróleo; desde los años 60 del siglo pasado, los meteorólogos y las grandes empresas petroleras tenían buen conocimiento de que la quema de combustibles fósiles estaba aumentando la temperatura promedio sobre la superficie de la Tierra.

El IPCC, ha confirmado el origen industrial, económico y tecnológico del colapso del clima y ha advertido, con el apoyo de la meteorología, del rápido aumento de la temperatura terrestre y de sus consecuencias sobre el clima.

Se ha desarrollado, a pesar de fuertes presiones políticas y económicas, una robusta ciencia climática mundial que no deja lugar a duda de que existe un colapso de la estabilidad del clima y de la posibilidad de que la temperatura terrestre se eleve con rapidez después de un periodo de pequeños aumentos.

El consumo de energía de los ricos y poderosos ha sido puesto en cuestión. Hasta nuestros días, la electricidad ha sido en gran medida producida, por la combustión de carbón y petróleo.   

¿Por qué la Alternativa Energética Mexicana debe ser ecológica?

Si la estabilidad del clima y la ecología ha sido devastada por el consumo de combustibles fósiles, la alternativa energética tiene que ser obligadamente ecológica; es decir: debe colocar como objetivo principal la eliminación de la contaminación de la atmosfera terrestre  y la mitigación del colapso del clima y la ecología de los territorios; no debe tratar de conservar los objetivos económicos que han sido dominantes desde el comienzo del siglo pasado, tales como las supuestas “necesidades de energía”, para combatir la pobreza o fomentar el desarrollo, el crecimiento económico, el avance tecnológico, el progreso o la modernización. Esta narrativa es un veneno.

Los modos de vida de los países del Norte Global, el G-7 y muy especialmente de Estados Unidos, son responsables del predicamento del clima y la ecología de los territorios de los países del Sur Global, como México.

Para combatir estos aberrantes modos de vida modernos tenemos que empezar a combatirlos en casa, en México. La Alternativa debe fundamentarse en el reconocimiento del fracaso de las ideas de productividad y competitividad, de urbanización e industrialización y de crecimiento económico que por décadas nos han impuesto los países del Norte Global, el G-7 y muy especialmente Estados Unidos.

La Alternativa que queremos no debe tratar de conservar las formas de producción y consumo que han sido dominantes en el mundo hasta nuestros días. No debe arriesgar el cumplimento de la recomendación energética del informe de 2018 del IPCC, con su apoyo a propuestas de fantasía, como las que han propuesto los tecnólogos de los gobiernos poderosos (la adaptación al colapso climático, la geoingeniería, la captura de carbón, las plantaciones de árboles, los mercados de carbono) 

¿Por qué el consumo de electricidad, carbón, petróleo, gas, gasolinas debe reducirse radicalmente en México?  

El consumo de electricidad, gas, gasolinas, carbón y petróleo del último medio siglo, de los países del Norte Global o del G-7, y muy principalmente de Estados Unidos, ha provocado un desarreglo global en diversas dimensiones fundamentales de la vida que ha conducido a la multiplicación de los desastres ecológicos y humanitarios y finalmente, a la extinción de la humanidad en este siglo.

Los efectos destructivos del colapso del clima y la ecología de los territorios se concentran principalmente en los territorios de los países del Sur Global, como México. Nuestro país es uno de los más afectados por el consumo energético de los países poderosos del Norte Global.   

En las últimas cinco décadas, los países poderosos han aumentado en exceso su consumo energético per cápita: los habitantes de Estados Unidos consumen hoy día entre diez y doce veces el consumo energético que podría ser respetuoso con la Naturaleza y las futuras generaciones; los habitantes de la Europa occidental consumen hoy día entre cinco y siete veces el consumo energético que podría llamarse sustentable.

Se necesitarían entre cinco y siete planetas Tierra, para lograr que todos los países del Sur Global tuvieran el consumo energético per cápita que hoy tienen los países del Norte Global.  Debido al exceso de consumo energético del Norte Global, estamos muy lejos de lograr la Justicia Energética Global.    

En los últimos 150 años, los países del Norte Global han logrado consumir más de la mitad del gas y petróleo convencional del mundo y en su delirio consumista han empezado a consumir en grandes volúmenes el muy contaminante gas y petróleo No Convencional (fracking- aguas profundas, arenas bituminosas), todo esto, CON EL FIN DE SOSTENER EL MAS ESCANDALOSO DESPILFARRO DE ENERGÍA DE LA HISTORIA, EN SUS MODOS DE VIDA Y EN SUS ACTIVIDADES ECONOMICAS.

Por muchas décadas, han ocultado la gravedad que tiene el predicamento del clima y la ecología de los territorios, su origen y sus consecuencias, han fomentado el negacionismo y han saboteado todas cumbres sobre del clima.  Desde hace más de un siglo, han logrado colocar a los países del Sur Global a su servicio, para que les vendan a bajo precio la mayor parte del gas y el petróleo que ellos han podido extraer en sus territorios.  Enormes subsidios han sido y son entregados a los corporativos petroleros globales, para conservar el crecimiento en el consumo de hidrocarburos.

A consecuencia del demencial consumo energético de los países del Norte Global, se han engendrado diversos colapsos contenidos o colapsos de gran calado que empiezan a perturbar las bases de la vida en el mundo. Los colapsos del clima, los glaciares, los mares, las selvas, los bosques, las especies vegetales y animales, las costas, los manglares, los humedales, los ríos, los lagos, los suelos, los acuíferos. Estos colapsos mundiales contenidos afectan principalmente a los países del Sur Global.

A estos colapsos ecológicos mundiales, provocados por el consumo energético irresponsable de los países del Norte Global, el G-7 y muy principalmente de Estados Unidos, se unen otros colapsos globales que están en marcha, en otras dimensiones sociales, provocados igualmente por este consumo energético irresponsable.

En efecto: hay un colapso cultural global: desaparece rápidamente la diversidad cultural del mundo, mueren los lenguajes; hay un colapso social global- se dispara la toxicomanía, el consumo de fármacos, la violencia intrafamiliar, la escolar, la laboral, la urbana, la global; se extingue el lazo social debido al fortalecimiento del nexo económico entre las personas.

Además, hay un colapso contenido de la economía mundial: los mercados no se autorregulan como lo quiere la religión de los mercados; la crisis financiera del 2008 confirmó que los mercados, para sobrevivir, tienen que ser intervenidos por el Estado.

La globalización ha entrado en crisis; el crecimiento económico exige ahora más violencia contra el clima y el medio ambiente y contra la mayoría de la población; la crisis financiera de 2008 demostró que los economistas ahora son incapaces de anticipar las crisis financieras las que pueden suceder sin previo aviso.

Hay un colapso contenido de la Política: debido a la globalización se han perdido los fundamentos tradicionales de la política: los gobernantes tienen ahora muy pocas bases para gobernar, dependen mucho de eventos internacionales y dependen demasiado de bancos y otras empresas globales; el Estado-Nación y la democracia representativa entran también en crisis. Muy pocas personas en el mundo deciden ahora sobre el futuro de los pueblos y las comunidades del mundo.

Como resultado del excesivo consumo de electricidad, gas, gasolinas, carbón y petróleo del último medio siglo, de los países del Norte Global o del G-7 y muy especialmente de Estados Unidos, se han debilitado mucho los fundamentos simbólicos de la modernidad.

Se debilitan las creencias, los rituales, los significados, las concepciones ideológicas, las identidades. Se debilita la fe en la tecnología y en la economía de crecimiento; en el progreso y el desarrollo; en la productividad y la competitividad, en el crecimiento económico.

La tecnología ha demostrado que produce más riesgos y problemas de los que puede resolver; las bombas atómicas, los agroquímicos, los plásticos, las semillas transgénicas, los autos, los aviones, grandes devoradores de energía, han demostrado su nocividad extrema.

El crecimiento económico, subsidiado y realizado con energéticos altamente contaminantes, en las últimas cuatro décadas no ha dado los resultados que se esperaban: las desigualdades se han agudizado; la riqueza se ha concentrado en cada vez menos personas y la miseria y la pobreza han crecido y han desarrollado peores aspectos. El colapso de la limpieza de los suelos, las aguas y los aires y del arraigo, el empleo y convivencia han desplomado el Buen Vivir, muy especialmente en los países del Sur Global, como México.

Más allá de cierto umbral, el consumo de energía trastorna, descompone, la conducta de los seres humanos, los vuelve muy violentos, antisociales, individualistas y poco amantes de la colaboración en beneficio del bien común. La Sociedad moderna está muy perturbada por la adicción al consumo energético.  Mientras más productiva es la industria más improductiva es la Sociedad y la Naturaleza.

El consumo exagerado de energía mata la convivencia entre los seres humanos y su buena relación con la Naturaleza. El consumo desmedido de energía destruye la productividad de la Naturaleza y la Sociedad, destruye la proporcionalidad de las cosas, las vuelve monstruosas, como monstruoso es el mundo moderno.

Por razones de Justicia Climática y Ambiental, México debe exigir la reducción radical de los consumos energéticos de los países del Norte Global, el G-7 y muy especialmente de Estados Unidos, con fundamento en un cambio en los modos de vida en nuestro país.

¿Por qué la Alternativa Energética Ecologista No debe ser tecnológica?

Si bien la ciencia climática nos ayuda a confirmar la gravedad del colapso del clima y la ecología de los territorios y la muy desigual distribución de los daños que estos colapsos provocan, la tecnociencia, ha demostrado ser totalmente incapaz de ayudar a enfrentar el predicamento climático y el ecológico o ambiental.

Los focos ahorradores, los mercados de carbono, las plantaciones de árboles industrializadas y las llamadas “energías limpias” o las “energías renovables” hasta la “captura y secuestro de carbón”, el Hidrogeno “verde”, o la Geoingeniería no han detenido el rápido aumento de la temperatura terrestre y no tienen capacidad, para lograrlo sin crear daños mayores a los que se quiere eliminar.

Hay una enorme oferta de tecnologías que pretenden resolver los “problemas del clima y el medio ambiente”, a pesar de que no se conoce de ninguna tecnología que haya tenido éxito en “resolverlos”, sin embargo, los negocios relacionados con estos colapsos se han constituido en el mayor obstáculo para hacerles frente: tienen mucho que perder y por lo mismo niegan que cualquier otro tipo de salida o respuesta que no sea tecnológica pueda ayudar y activamente combaten a cualquier otra salida o respuesta no tecnológica pueda tener mejores resultados. No le ven sentido a una propuesta energética que sea ecologista.

¿Por qué la Alternativa Energética Ecologista No debe ser solamente nacional?

La globalización y los colapsos globales van juntos: tienen estrechas ligas. No se puede avanzar mucho en la mitigación del colapso del clima y la ecología de los territorios sin tener conocimiento de sus efectos en los países del Norte y del Sur Global; sin tener conocimiento de las propuestas o alternativas que se construyen en el mundo, con el apoyo de pueblos, barrios, movimientos sociales.

Las luchas por la Justicia Ambiental y ahora por la Justicia Climática, realizadas en países del Norte o del Sur Global han acumulado un gran conocimiento que puede y debe aprovechar la Alternativa Energética Ecologista Mexicana.

Las luchas del Greta Thunberg, de Extinction Rebellion y de la Justicia Climática mundial son muy importantes, para el fortalecimiento de nuestra Alternativa la que debe tener una liga, no solamente nacional, sino mundial. 

 ¿Qué propuesta o alternativa energética ecológica debería adoptar México?

La única salida ecológica que puede ayudar a mitigar el colapso del clima y la ecología de los territorios es la REDUCCIÓN RADICAL DEL COLOSAL DESPILFARRO DE ELECTRICIDAD, CARBON, PETRÓLEO, GAS NATURAL Y GAS LICUADO QUE PROVOCA EL SISTEMA POLITICO Y ECONOMICO EN LOS PAISES DEL NORTE GLOBAL Y EN LOS DEL SUR GLOBAL. En el mundo, el despilfarro de energía por los modos de vida y las actividades productivas en el campo y la ciudad es enorme debido a la sacralización de la tecnología y la economía de crecimiento en los países del Norte Global y a la desproporción introducen en el mundo en todas las esferas de la vida.  

El sistema político y económico mundial provoca una creciente deslocalización de personas, materiales, objetos y mercancías que demanda cada año más transporte; provoca una gran concentración de poder y dinero que demanda cada año más consumo de energía, para sobrevivir; provoca una gran demanda de productos y servicios de lujo que inducen un creciente despilfarro de energía en todos los países.

El creciente miedo de los ricos y poderosos ante el creciente descontento de la población de muchos países, eleva continuamente los gastos militares, policiacos y para militares y los gastos en propaganda y publicidad. Los servicios de comunicación (internet), de transporte (avión, auto, autobuses, trenes), de salud (clínicas, hospitales, farmacias), de educación (escuelas, universidades) de diversión(turismo), se han convertido en actividades más contaminantes que la misma industria.   

Debido a la globalización y a los tratados de libre comercio, los alimentos que comemos ahora viajan muchos miles de kilómetros antes de llegar a nuestros labios y una gran cantidad de personas se ven obligadas a viajar diariamente cientos de kilómetros y muchas horas sobre rieles o pavimentos, para poder tener un empleo y otra gran cantidad de personas se ven obligadas a viajar en avión dos o tres veces al mes. El 50 % de los viajes en avión en países europeos los realizan el 15 % de los viajeros en avión.

 Las carreteras están a reventar de tráileres, se construyen febrilmente nuevos aeropuertos y nuevas terminales de aeropuertos y nuevos puertos para grandes cargueros que utilizan los combustibles más baratos y contaminantes del mundo.

La producción de alimentos en forma industrializada o de monocultivos o desiertos verdes- la agroindustria-, desde hace décadas producen cantidades tan grandes gases que dañan la estabilidad del clima debido a la guerra cotidiana que realizan contra la ecología, por medio de agroquímicos que fertilizan terrenos muertos y matan la biodiversidad del territorio. De esta forma logran elevar radicalmente la producción por hectárea de alimentos envenenados.    

Mientras más transporte se introduce en las ciudades, más aumentan las distancias recorridas y los tiempos diarios dedicados al transporte por los trabajadores en las ciudades.

Es indispensable relocalizar la economía y la política; reducción radical del transporte de alimentos básicos; producción local de alimentos para consumo local; desindustrializar, para redistribuir el trabajo y la riqueza y reestructurar las actividades económicas del campo hacia la pequeña producción campesina.

 Reestructurar las ciudades, los pueblos, los barrios y las colonias, para elevar su autonomía en la gestión del agua y los alimentos. Reconceptualizar la escasez y la abundancia; la riqueza y la pobreza.

Revalorizar el agua, la diversidad biológica y cultural y la limpieza de la atmosfera terrestre, los aires, las aguas y los suelos.

¡Cambiemos el Sistema No el Clima!

Texto: Miguel Valencia Mulkay

Fuente: América Latina en Movimiento.

Last modified: 23/06/2021

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