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Durante prácticamente todo el siglo XX, nuestro país luchó por la soberanía total en la llamada zona del canal, la “quinta frontera”, la cual era una colonia estadounidense en el pleno centro de Panamá. Aunado a esto, nuestra república nace sufriendo invasiones estadounidenses algunas solicitadas por nuestros primeros presidentes para reprimir al pueblo panameño en sus justas demandas.      

En dicho territorio se nos tenía vedada nuestra entrada. Se ejercían leyes racistas contra el pueblo panameño. Se debía entrar con placa estadounidense, donde te podían llevar preso acusado de “vagancia”, o por recoger frutos en las áreas canaleras, ser juzgados por tribunales estadounidenses, donde no se podía izar la bandera nacional en ningún sitio, entre otros actos discriminatorios y humillantes. Y que, gracias a la decidida lucha del pueblo panameño en un solo objetivo, la recuperación de nuestro territorio, llevadas en distintas jornadas y acciones patrióticas por mencionar algunas: el rechazo al Convenio Filós-Hines el 22 de diciembre de 1947, en este convenio Estados Unidos buscaba quedarse por más tiempo con sitios de defensa fuera del área canalera, pasada la Segunda Guerra Mundial, en las protestas el pueblo panameño fue reprimido fuertemente sobretodo los estudiantes; Marcha estudiantil por la Avenida de Los Mártires portando banderas panameñas el 18 de noviembre de 1956; la Operación Soberanía del 2 de mayo de 1958 en la que se sembraron 75 banderas panameñas en el área canalera; la Operación Siembra de Banderas el 3 de noviembre de 1959 que consistió en una marcha pacífica en la cual se portó la enseña nacional en la zona del Canal y que se reprimió violentamente por la policía zoneíta. La heroica gesta patriótica del 9 de enero de 1964, en la que murieron 21 panameños y más de 500 heridos, criminal acción cometida parte del ejército y policía estadounidense. El 20 de diciembre de 1989 fuimos una vez más masacrado por el ejército yanqui con el pretexto de sacar del poder al General Manuel A. Noriega, con un saldo entre 2 mil y 4 mil muertos y desaparecidos panameños/as. Luego de esto, el pueblo panameño consciente, sobretodo los estudiantes estuvieron vigilantes por el fiel cumplimiento de la salida del último soldado usurpador de nuestras tierras, más cuando intereses grises se cernían para que continuara su presencia con el Centro Multilateral Antidrogas (CMA) negociado bajo la Presidencia de Pérez-Balladares en 1998, lucha que nos costó la invasión a la Universidad de Panamá por parte de las fuerzas represivas violando la autonomía universitaria.

Cuando Panamá, a través del General Omar Torrijos, realizó una campaña de internacionalización por nuestra soberanía en el Canal, buscando apoyo en las demás naciones en foros y reuniones internacionales, Palestina siempre mostró apoyo a la causa panameña. Como bien apunta la catedrática Anayansi Turner en su artículo “Panamá y Palestina, hermanadas por su amor a su bandera” señala: “Históricamente Panamá recibió la solidaridad de los palestinos cuando luchábamos por nuestra causa de soberanía en la Zona del Canal, en los foros internacionales, a través de la Liga de los Estados Árabes, la cual ha tenido fuerte presencia en el Movimiento de Países No Alineados y que estuvo también de Observadora en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU de 1973, donde apoyó moción a favor de nuestra causa. Han sido tales los vínculos que, Aristídes Royo, en reciente Foro de conmemoración del 43º Aniversario de los Tratados Torrijos-Carter, resaltó su encuentro (siendo él Presidente panameño) con el líder histórico palestino, Yasser Arafat”.

Caso contario a Estados Unidos y sus aliados sionistas israelitas, quienes jamás mostraron interés en que se descolonizara el Canal de Panamá. Cuando se dio la invasión yanqui a Panamá en 1989, en la Resolución 44/240 de la ONU del 29 de diciembre de 1989, donde se deploraba dicha intervención militar y se exigía un cese inmediato y la retirada, no es de extrañarnos los países que votaron en contra: Estados Unidos y el estado terrorista de Israel.  

Más recientemente, vale señalar algunas situaciones indignantes que se han suscitado en suelo patrio en relación a este último país. En el año 2018, con motivo de la Feria Internacional del libro, funcionarios de la embajada de Israel, intentaron obligar a Gilberto Solís y Pedro Silva, activistas de la solidaridad con Palestina, a que abandonaran el recinto. A Solís por considerarlo un “peligro para la seguridad pública” por estar “relacionado con Palestina”. Pero que, gracias a la correcta actuación de los agentes policiales panameños, quienes no encontraron nada, no atendieron las peticiones de los agentes israelitas y pudieron continuar en la actividad. Sobre dicho incidente se pronunció el Rector de la Universidad de Panamá, Dr. Eduardo Flores, al considerar ilegal tal acción, elogió el actuar de la policía nacional porque “está haciendo valer la soberanía de los panameños y que ningún otro estado, no importa que embajada sea, tiene derecho a coartar la libertad de circulación a un ciudadano panameño” y a su vez, solicitó una investigación al respecto a la Cancillería panameña.  

En octubre de 2021 en el entrenamiento de prácticas de tiro de la policía nacional realizadas por instructores israelís, en las cuales se podían apreciar imágenes de personas árabes (palestinos) como blanco a disparar. Incidente que generó malestar entre la población panameña y de la cual la policía nacional pidió disculpas públicamente.

En otro orden de ideas, condenamos enérgicamente la política de exterminio que lleva adelante Israel contra los palestinos y exigimos que el estado racista y terrorista de Israel paguen por todos los actos criminales, de lesa humanidad (igual como hicieron con los nazis después de la Segunda Guerra Mundial, en los llamados Juicios de Núremberg), que han cometido contra el pueblo palestino: Deir Yassin (ocurrido en abril de 1948), Masacre de Sabra y Chatila (septiembre de 1982) y todas las operaciones militares que ha llevado a cabo a lo largo de todas estas décadas contra la población palestina dejando incontables cifras de muertos y heridos. Así como también por las ejecuciones extrajudiciales, demolición de casas y escuelas, por la expulsión masiva de palestinos, encarcelamientos sin mayor sustento jurídico contra palestinos sin importar condición física, de edad o de salud, incluidos niños.  Por todo el sufrimiento que le ha infringido al pueblo palestino. Así como también por la incitación a discursos de odio e intolerancia por parte de los principales líderes terroristas israelíes, expresiones como “la solución final” que es la eliminación física de palestinos, las declaraciones del ministro de finanzas Bezalel Smotrich al afirmar que: “el pueblo palestino de Huwwara debía ser aniquilado” y que “el pueblo palestino no existe. Es una invención”; del ministro de seguridad nacional Itamar Ben-Gvir y de Benjamin Netanyahu, primer ministro de ocupación israelí, en la que ejecutan demolición de casas y edificios residenciales de palestinos y robo de sus tierras a favor de colonos israelís. Además de ampliar las licencias de armas a ciudadanos israelís como nuevas medidas para continuar con sus planes de limpieza étnica contra los palestinos. Actuaciones que llevan décadas practicando impunemente todos los días a cualquier hora del día contra los palestinos porque cuentan con el apoyo de Estados Unidos y otras potencias.

Pero que, en medio de esta escena dantesca, existen y existirán personas con conciencia humanista y solidarias a favor de la liberación de Palestina. Y en ese sentido, quiero resaltar intelectuales y académicos panameños de primera línea, catedráticos de la Universidad de Panamá, que han mostrado solidaridad con la lucha palestina: Dr. Miguel Ángel Candanedo (quien fuera Secretario General de la Universidad de Panamá); Dr. Marco A. Gandásegui (sociólogo); Dr. Julio Berríos (abogado); Dr. Raúl González (abogado), Dr. Olmedo Beluche (sociólogo), Dr. Julio Yao (diplomático, ex negociador de los tratados Torrijos-Carter y quien ha dedicado dos poemas a Palestina), Dra. Briseida Allard (catedrática en relaciones internacionales), Dra. Anayansi Turner (abogada), Dr. Roko Setka (catedrático en relaciones internacionales); Dr. Juan Carlos Mas (médico salubrista), por mencionar algunos. Y por supuesto, el Comité Panameño de Solidaridad con Palestina (COPASOLPA), la cual ha llevado diversas acciones a favor de los derechos del pueblo palestino.

Seguiremos haciendo todos los esfuerzos posibles para lograr la liberación nacional de Palestina, a su legítimo derecho de nación soberana, independiente y democrática. Nuestra admiración infinita a este pueblo digno, valiente y ejemplar.

“Sabemos muy bien que nuestra libertad será incompleta sin la libertad de los palestinos” Nelson Mandela.

¡Hasta la victoria siempre compañeros palestinos, Venceremos! ¡Palestina no está sola!

Por: Dania Batista Guevara. Profesora de filosofía e historia. Integrante del Colectivo Voces Ecológicas (COVEC)

Last modified: 07/05/2023

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