Luiz Inácio Lula da Silva asume desde este domingo su tercer mandato en Brasil

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El histórico líder izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva empezará este domingo a escribir un nuevo capítulo de su impresionante biografía, cuando asuma su tercer mandato presidencial, un hecho inédito en la historia reciente de Brasil.

A sus 77 años, este exobrero metalúrgico devenido en icono global se convertirá en el presidente brasileño de mayor edad al recibir la banda presidencial, tras una feroz campaña contra su principal enemigo político, el ultraderechista Jair Bolsonaro, a su vez el primer mandatario en perder una reelección desde la redemocratización del país.

Todo está rigurosamente previsto en la ceremonia que se celebrará en Brasilia, que incluye el tradicional desfile en un Rolls-Royce abierto por la Explanada de los Ministerios, desde la onírica Catedral Metropolitana y entre decenas de miles de personas, la sesión de asunción en el Congreso Nacional y el traspaso de la banda presidencial en lo alto de la rampa del Palacio de Planalto ante decenas de jefes de Estado y otras autoridades.

Justamente ese es el único punto que este año se escapa al protocolo. Como marca la tradición, Bolsonaro debería colgarle la banda presidencial a Lula, en lo que para muchos sería la foto del año. Pero en este contexto de extrema rivalidad entre ambos –Bolsonaro no ha aceptado la derrota explícitamente ni felicitado a Lula–, el ultraderechista viajó el viernes a Miami, EE.UU., y no asistirá a la ceremonia.

Después, con Lula ya presidente, se celebrará el Festival del futuro, una fiesta popular organizada por la primera dama, la socióloga Rosangela da Silva, con la participación de decenas de artistas.

A partir de este 1 de enero, Brasil dará un giro total bajo las riendas de Lula, quien recoge un país muy diferente al que recibió en 2003, en su primera presidencia: debilitado económicamente por la inflación y la deuda, extremamente polarizado y con un Congreso derechizado, con mucha influencia del bolsonarismo.

“Hoy, le estamos diciendo al mundo que Brasil está de vuelta, que Brasil es demasiado grande para ser relegado a este triste papel de paria en el mundo”, aseguró en su primer discurso tras su victoria, conseguida tras formar un frente amplio y por el margen más estrecho de la historia reciente.

El futuro mandatario ya ha dicho que la prioridad número uno de su gobierno será combatir el hambre y que pretende cambiarlo casi todo de su antecesor, desde la política ambiental, muy criticada por el aumento de los incendios y la deforestación, especialmente en la Amazonía, hasta las relaciones exteriores, que han dejado a Brasil prácticamente aislado en América Latina, pasando por el manejo económico.

Ocho años antes de ingresar en el cárcel, el izquierdista dejó la presidencia con cifras récord de popularidad, tras dos mandatos en los que ganó un prestigio internacional enorme, sobre todo por los programas sociales que sacaron a decenas de millones de personas de la pobreza gracias al boom de las materias primas y a una frenética actividad diplomática en la era dorada de los gobiernos izquierdistas en la región.

Antes de ser presidente, el patriarca de la izquierda, nacido en 1945 en una zona pobre y semiárida del nordeste, vivió una infancia marcada por el hambre, en la que trabajó como lustrabotas y vendedor ambulante, y fue obrero, dirigente sindical, cofundador del Partido de los Trabajadores (PT) y tres veces candidato presidencial.

Se ha casado tres veces. Su primera esposa María de Lourdes da Silva falleció por una hepatitis dos años después de su enlace. En 1974, se casó con Marisa Letícia Rocco y tuvieron tres hijos. Tras 43 años juntos, Marisa falleció en 2017 por un derrame cerebral.

Este año hizo una pausa en su campaña para contraer matrimonio con la socióloga Rosangela da Silva, de 56 años, más conocida como Janja, y muy presente durante todos los actos de campaña electoral. La pareja comenzó su relación en diciembre de 2017, pero no se hizo pública hasta 2019, cuando Lula llevaba más de un año preso.

Lula llegó al Congreso de Brasil donde jurará como Presidente

El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue recibido este domingo en el Parlamento, donde prestará el juramento constitucional frente a todo el poder político nacional y delegaciones de medio centenar de países.

Lula llegó a la sede del Poder Legislativo tras desfilar frente a una multitud de decenas de miles de personas en un Rolls Royce “Silver Wraith” sin capota de la Presidencia brasileña, en el que estuvo acompañado por su esposa, Rosângela “Janja” da Silva, su vicepresidente Geraldo Alkmin, y su esposa, Maria Lúcia Ribeiro.

En la sede del Legislativo, además de todo el poder político, aguardan delegaciones de más de medio centenar de países que se han desplazado a Brasil para las ceremonias de investidura.

Entre ellos, una veintena jefes de Estado y de Gobierno, que incluye al rey de España y a los presidentes de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Alemania y Portugal.

Después de prestar juramento, Lula pronunciará en el Parlamento su primer discurso en condición de nuevo presidente y luego se dirigirá al vecino Palacio de Planalto, sede del Gobierno, donde saludará a la multitud congregada en la Explanada.

Miles de personas coparon la Explanada de los Ministerios en la mañana del domingo para asistir a la toma de posesión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Las colas para registrarse a la entrada del recinto ya eran masivas temprano pro la mañana y continúan el intenso flujo de personas que llegaban a las inmediaciones de la estación central de autobuses de Brasilia para acceder a la Explanada.

Hombres y mujeres se dividieron en filas para pasar la inspección de seguridad, y los agentes de policía les pidieron que vaciaran sus bolsillos y mochilas.

Se esperan unas 300 000 personas en las calles de la capital para acompañar de cerca la investidura y un megaconcierto con más de 60 músicos en la emblemática Explanada de los Ministerios.

Fiesta en Brasil: Lula ya juró como Presidente

Luiz Inácio Lula da Silva juró este domingo en la capital y asumió el cargo de presidente por tercera vez. Es la culminación de un resurgimiento político que marcará su retorno al Palacio de Planalto, para comandar un país fuertemente polarizado.

“Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil”, declaró Lula con la mano en la Carta Magna.

A las 15H05 local (17H05 UTC) Lula juró como nuevo presidente de Brasil. El presidente del Senado y del Congreso, Rodrigo Pacheco, lo declaró poco después como presidente en pleno ejercicio de sus funciones.

Desde temprano, miles de personas se reunieron en Brasilia para acompañar al izquierdista en la toma de poder. Jair Bolsonaro, su predecesor, dejó el país en la semana y se negó a participar del traspaso de mando.

La sesión solemne del Congreso Nacional que toma posesión de Luiz Inácio Lula da Silva y Geraldo Alckmin como presidente y vicepresidente la presiden el presidente del Senado y del Congreso, Rodrigo Pacheco.

La ceremonia se interrumpió por unos instantes para realizar un minuto de silencio en honor al astro futbolítistico Pelé, fallecido el último jueves, y el papa emérito benedicto XVI, que murió ayer en Roma.

Lula: “Esta elección la ganó la democracia”

En su primer discurso como presidente de Brasil, Lula da Silva resaltó la democracia como el valor que primó en su triunfo: “A lo largo de esta campaña electoral vi brillar la esperanza en los ojos de un pueblo que sufría, como consecuencia de la destrucción de políticas públicas que promovían la ciudadanía, los derechos esenciales, la salud y la educación”.

“Se demostró que sí era posible gobernar este país con la más amplia participación social, incluyendo a los trabajadores y a los más pobres en el presupuesto y en las decisiones de gobierno”, afirmó Lula.

“Se ha demostrado que un representante de la clase trabajadora sí podría dialogar con la sociedad para promover el crecimiento económico de forma sostenible y en beneficio de todos, especialmente de los más necesitados”, agregó.

El diagnóstico que recibimos del Gabinete de Transición es terrible. Los recursos sanitarios se han vaciado. Han desmantelado la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología. Destruyeron la protección del medio ambiente. No dejaron recursos para comidas escolares, vacunación, seguridad pública”, dijo Lula.

El mandatario prometió ayudar a los que más lo necesitan: “Ninguna nación se ha levantado ni puede levantarse sobre la miseria de su pueblo. Este compromiso empieza por garantizar un Programa Bolsa Família renovado, más fuerte y más justo para atender a los que más lo necesitan”.

Adelantó que las primeras acciones del Gobierno tendrán como objetivo “rescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños que han soportado la carga más pesada del proyecto de destrucción nacional que hoy termina”.

El veterano político, de 77 años, inicia un nuevo periodo lleno de retos: tendrá que afrontar una situación económica severa, con 33 millones de personas en situación de hambre, 11 millones de desempleados, inseguridad, problemas ambientales y una geopolítica compleja.

De igual forma, Lula sabe que tiene que gobernar “para los 215 millones de brasileños” y ha asegurado que “no existen” dos países, pero los resultados de las elecciones presidenciales demostraron que no lo tendrá nada fácil: las urnas reflejan un país fracturado entre dos visiones opuestas, y un Congreso y tres importantes estados dominados por el bolsonarismo.

Lula tratará de recuperar la relevancia internacional que tuvo Brasil durante su mandato.

Según analistas, la diplomacia bolsonarista deja un Brasil aislado, sobre todo por su empeño de terminar con la tradicional equidistancia, con su excesivo alineamiento con el expresidente estadounidense Donald Trump en detrimento de China (su principal socio comercial, por delante de EE.UU.) y con países gobernados por la derecha conservadora.

Por otra parte, se espera que el mandato de Lula también suponga un respiro para la Amazonía brasileña, que en los últimos años con Bolsonaro ha registrado récords de deforestación e incendios.

Según los ambientalistas, eso se debe a la retórica y a las medidas que adoptó el ahora mandatario saliente para favorecer el avance del agronegocio sobre las áreas protegidas, entre ellas las reservas indígenas.

Brasileños saludan presencia de delegación cubana en ceremonia de toma de posesión de Lula

Los brasileños saludaron con vítores a la delegación cubana presidida por el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, que participó en la toma de posesión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasilia.

El director de América del Sur del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos de Céspedes Piedra, quien forma parte de la delegación antillana, comentó en su cuenta de la red social Twitter que se escucharon múltiples aclamaciones de “Cuba, Cuba, Cuba” al darle la bienvenida a la caravana del país caribeño.

Forman parte de la delegación cubana, además, la viceministra de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal Ferreiro, y el encargado de negocios de Cuba en Brasil, Adolfo Curbelo Castellanos.

Las frases más destacadas de Lula en la ceremonia de juramentación del cargo

El discurso de Lula estuvo cargado con fuertes críticas a la gestión saliente de Jair Bolsonaro y una marcada agenda social. Estas son las frases más destacadas del discurso del Presidente de Brasil:

  • “Si estamos aquí hoy es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña. Fue la democracia la gran victoriosa en esta elección, frente a las amenazas más violentas al pueblo y las manipulaciones para ir en contra del electorado brasileño. Hoy terminó el proceso de destrucción nacional”.
  • “Este proceso electoral también se caracterizó por un contraste entre distintas visiones del mundo: la nuestra, basada en la solidaridad y participación política y social; la otra, basada en el individualismo y la destrucción del estado en nombre de supuestas libertades individuales”.
  • La libertad que ellos pregonan es la de oprimir al vulnerable e imponer la ley del más fuerte. El nombre de eso es ‘barbarie’”.
  • “Comprendí que debería ser un candidato más amplio. Este frente se consolidó para impedir el regreso del autoritarismo al país”.
  • “Es necesario que las personas sepan cómo encontramos a este país. Vaciaron los recursos de la salud, desmantelaron la educación y la cultura. Destruyeron el medio ambiente. No dejaron recursos. Desorganizaron la gobernabilidad de la economía, del financiamiento público, el apoyo a las empresas y emprendedores. Dilapidaron a las estatales y bancos públicos. Entregaron el patrimonio nacional. Dejaron un desastre presupuestario”.
  • “El periodo que culmina estuvo marcado por una de las mayores tragedias de la historia, la pandemia del covid-19. En ninguno de los países del mundo la proporción de muertes en relación con su población fue tan alta como en Brasil. Esto solo se explica por la actitud criminal de un gobierno negacionista, oscurantista e insensible a la vida. Esta responsabilidad por este genocidio debe ser investigada y no debe quedar impune”.
  • “Los bancos públicos y las empresas como Petrobras tendrán un papel fundamental en nuestro nuevo ciclo. Vamos a impulsar a las pequeñas y medianas empresas. La rueda de la economía volverá a girar, y el consumo popular tendrá un papel central en este proceso. Vamos a acabar una vez más con las filas del seguro social, otra injusticia establecida en este periodo de destrucción”.
  • “No sería justo ni correcto pedir paciencia para quien tiene hambre. Ninguna nación se levantó sobre la miseria de su pueblo. Venimos a sacar del hambre a 33 millones de personas y a seis millones de personas de la pobreza”.
  • “Debemos romper el aislamiento al que fue sometido el país. Debemos ser dueños de nuestro destino”.
  • “Vamos a iniciar la transición energética y ecológica. Nuestra meta es alcanzar la deforestación cero en Amazonia. No es necesario tumbar ningún árbol ni invadir nuestros biomas”.
  • “Revocaremos los decretos de acceso a armas y municiones que tanta inseguridad y mal causaron a las familias brasileñas. Brasil no quiere y no necesita armas en las manos del pueblo, necesita seguridad, libros, educación y cultura para que podamos ser un país más justo”.

(Con información de RT en Español y agencias)

Tomado de: cubadebate.cu

Last modified: 01/01/2023

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