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Fortalecer la lucha progresista, sin falsas expectativas, por el triunfo del Partido Demócrata en EE.UU.

Nadie en la Patria Grande y Universal, debe ni puede crearse falsas expectativas, a raíz del dilatado y controversial triunfo del candidato presidencial demócrata y la candidata a vice presidenta escogida, por muy llamativas que sean sus raíces, porque la historia no miente, y son muchos los hechos que deben alertar a todos, para evitar caer en un infundado optimismo. 

Seguros estamos que la bestia (666) genocida imperialista seguirá propinándole zarpazos criminales a gobiernos y pueblos que se niegan a cumplir sus nefastas directrices (Cuba, Venezuela, Nicaragua y la hoy victoriosa Bolivia), que no aceptan el papel denigrante de ser su patio trasero y, menos aún, a sustentar su pretendido rol de un mundo unipolar, con ilegales sanciones fuera de sus fronteras, como las aplicadas a gobiernos que jamás han fabricado guerras con falsas excusas, ni han invadido a nadie, como es el caso de la hermana república de China.

Veamos lo que nos señala la historia, para que nadie se haga ilusiones con esta victoria del partido demócrata.

El 7 de febrero de 1962, el entonces presidente de Estados Unidos (EE.UU.), John F. Kennedy (partido Demócrata), declaró el bloqueo unilateral de ese país contra Cuba, mediante la Ley de Ayuda Externa de 1961.

Previamente, el 3 de febrero, Kennedy firmó la orden presidencial para implantar un bloqueo total contra la Isla, cuyo objetivo era cortar todo tipo de vínculo comercial con Cuba y cercar al país para provocar el derrocamiento del gobierno revolucionario.

El 3 de enero de 1961, el mandatario estadounidense, Dwight D. Eisenhower, rompió relaciones diplomáticas con Cuba a pocos días de entregar su asiento de la Casa Blanca a su sucesor, quien dio continuidad a sus políticas intervencionistas.

En marzo de ese mismo año el gobierno estadounidense incluyó en las Regulaciones de Exportación un listado con productos alimenticios y medicinas que requerían de licencia general para poderlos exportar a la Isla. Era de las primeras medidas de la administración de Kennedy, que anunciaban el preludio del más brutal bloqueo económico, comercial y financiero que registra la historia.

El 6 de febrero de 1962, a solo 24 horas de que entrara en vigor la denunciada como genocida política contra la Isla, el Departamento del Tesoro promulgó las Regulaciones para las Importaciones Cubanas, con la cual se prohibía la importación de toda mercancía de origen cubano en territorio estadounidense.

Era claro el objetivo: Asfixiar económicamente a la nación caribeña y hacer rendir por hambre al pueblo cubano, carente de recursos prohibidos por la política de Washington hacia el Gobierno cubano. Cerrar, bloquear, impedir, hostigar a Cuba. Esa era la meta y sigue siendo en el presente. 

Siendo vicepresidente de la Administración de Barack Obama, Joe Biden declaró que EE UU no levantaría el embargo a Cuba. En el año 2009 dijo: “Pensamos que los cubanos deberían determinar por sí mismos su propio destino y que deberían poder vivir en libertad y con posibilidades de prosperidad económica”. Concreto intervencionismo en favor del nefasto lobby cubano, tan perverso como el lobby judío. 

Cinco años después, Obama iniciaría un proceso de acercamiento a la Isla con la reanudación de las relaciones diplomáticas entre ambos países. En aquellos días, el entonces presidente declaró que el embargo “no ha servido a los intereses” ni de EE UU ni del pueblo cubano y aseguró que pediría al Congreso ponerle fin, pero la petición nunca se concretó.

La candidata a la vicepresidencia de EE UU por el Partido Demócrata, Kamala Harris, está en contra del embargo a Cuba. Así lo recuerda el diario Tampa Bay Times, que con motivo de su flamante designación por parte de Joe Biden para integrar la dupleta demócrata, retomó unas declaraciones del año pasado de la senadora por California.

“La senadora Harris cree que deberíamos poner fin al fallido embargo comercial y tener un enfoque más inteligente que empodere a la sociedad civil cubana y la comunidad cubano-americana para que impulsen el progreso y que determinen libremente su propio futuro“, cita el periódico de Florida. 

¿Alguien puede creer que la vice presidenta electa, igual que el nuevo titular de la casa blanca, respetará la autodeterminación de los pueblos, o sólo actuarán en función de los oscuros intereses imperialistas, para recuperar pérdidas económicas-financieras, con sacrificio, en una presunta nueva (viaja) normalidad post pandemia, de la humanidad de la casa común, del ambiente y de todas las especies? Ojalá sean los menos los que crean esta farsa y se fortalezca la lucha progresista solidaria. Lo que está en juego es la existencia misma del planeta. Fraternal saludo y adelante, siempre adelante (indoame08 – 07/11/20). 

Por: Franklin Ledezma Candanedo (Periodista, Escritor y Poeta)

Gráfico: Osvaldo Gutierrez Gomez

Last modified: 09/11/2020

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