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La situación en el agro panameño llegó a su límite con los ataques más recientes del gobierno a los productores. Aprovechando la falta de planificación, el gobierno promovió la compra de arroz en el exterior para que los especuladores quebraran a los productores nacionales.

La operación fue pensada y ejecutada con maestría por los políticos al servicio de los intereses neoliberales. Son un puñado de especuladores que tienen sus garras dentro del gobierno. Crean y hacen desaparecer empresas en el registro de la propiedad con el sólo objetivo de transferir millones de dólares de las arcas fiscales a sus cuentas secretas.

¿Cómo se justifica que mientras los productores preparan la cosecha de arroz para colocarla en el mercado, el gobierno aprueba la compra de millones de quintales del rubro en el exterior y comienza a desembarcarlos en los puertos nacionales? Las cuatro empresas importadoras autorizadas para la operación fueron creadas con ese solo propósito. Los productores, desde Darién hasta Alanje, pasando por Chepo y Coclé, han protestado sin que el palacio presidencial reaccione. Los especuladores están demasiado ocupados celebrando con la música de sus cajas registradoras. Para responder a la indiferencia gubernamental, los productores organizaron una marcha hacia el Palacio de las Garzas.

Durante la marcha de los productores agrícolas hacia la Presidencia de la República realizada el pasado lunes, se exigieron soluciones. El secretario general del Movimiento Independiente de Refundación Nacional (MIREN), Juan Jované, planteó, en un comunicado, que “el pueblo demanda una solución efectiva y rápida a la escandalosa arremetida del gobierno contra la producción agrícola nacional y la seguridad alimentaria de la familia panameña”.

Denunció al gobierno, por la política corrupta y la rapiña “contra el presupuesto de los trabajadores de las ciudades y de los productores del campo”.

En el comunicado del MIREN, se “propone un sistema ordenado y planificado de la producción agrícola, basado en criterios científicos y donde prime una política seria y responsable”. En el caso del arroz, los gobernantes tienen en sus manos las estadísticas que hablan del engaño que pretenden realizar. “Saben muy bien cuál es la demanda nacional y tienen la información necesaria para saber cuántas hectáreas de tierra se necesitan para satisfacer esa demanda”.

En la actualidad, los productores nacionales siembran 92 mil hectáreas de arroz y cosechan 6.2 millones de quintales. Con un plan de trabajo, los productores de arroz pueden sembrar el doble y cosechar aún más. El gobierno puede reabrir los silos para guardar cualquier sobrante y tenerlo disponible para los años de malas cosechas. Incluso, Panamá, en el pasado, ha exportado arroz. Con estas prácticas mercantilistas, hemos regresado a los años más corruptos de la historia en que los gobiernos y especuladores conspiraban para arruinar a los arroceros y otros productores agrícolas.

En la década de 1950 se sembraba la misma cantidad de hectáreas de arroz que en el siglo XXI. En la década de 1970, con mejor planificación, se sembraban 105 hectáreas.
El comunicado del MIREN señala que la situación de los arroceros se reproduce para cada rubro agrícola. “Los gobernantes y sus malos socios – especuladores y financistas – hacen sus cálculos no para satisfacer las necesidades del país. Sus planes, cuando llegan al poder, consisten en crear más confusión y aprovechar las oportunidades para robar más”.

El negocio de las importaciones de arroz se ha disparado perjudicando a los consumidores. Entre 1970 y 1990 Panamá era auto-suficiente: no importaba arroz. En 2000, después del TLC con EEUU, se importaron 1.8 millones de quintales, en 2010 las importaciones alcanzaron las 2.5 millones de quintales y en 2015 fueron 2.3 millones. ¿Quiénes se hacen millonarios? Los especuladores y monopolistas asociados a los gobernantes.

El MIREN hace suyas las demandas de los productores nacionales que coinciden con las necesidades del pueblo. El comunicado dice que “apoyamos la planificación de la producción por parte de los agricultores para asegurar una competencia sana y erradicar los tentáculos de los monopolistas enquistados en el gobierno”.

El sector más golpeado por la corrupción oficial es el pequeño productor de arroz. Entre 1990 y 2010, de los 1154 productores pequeños sólo quedan 717. Entre los grandes, hubo una aumento del 35 por ciento.

A su vez, el MIREN exige que se renegocie el Tratado de Libre Comercio con EEUU que en cuestión de pocos años acabará definitivamente con lo poco que le queda a la agricultura panameña.

Por: Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA)

Last modified: 27/12/2016

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