Colombia: a la calle de nuevo

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La pausa impuesta por la cuarentena favoreció momentáneamente al Gobierno, en tanto le facilitó actuar con más libertad y desfachatez y tomar medidas que han favorecido la banca y los grandes capitales y que han desmejorado las condiciones económicas y de subsistencia de la mayoría de la población.

No es casual que las ganancias del grupo Aval en este primer semestre de pandemia y de desastre económico, hayan llegado a 1.1 billones de pesos, que en días pasados se le hubiesen entregado 370 millones de dólares a Avianca y que semanas atrás el Gobierno hubiese dispuesto de 117 billones de Pesos para los bancos.

En contraste, mientras se presentan estos hechos, el Gobierno se negó a aprobar una Renta Básica –ingreso garantizado por el Estado como derecho de los ciudadanos para acceder a una canasta de bienes mínima que les permita subsistir-, a subsidiar temporalmente a las Micro y a las Pequeñas y Medianas Empresas (proporcionan el 80 por ciento del empleo del país) y a hacerse cargo por unos meses de los arriendos y el pago de los servicios públicos.

Se acrecientan las dificultades del gobierno

Sin embargo, a la vez que el gobierno esta concentrando todos los poderes, recurriendo a todo tipo de arbitrariedades, gobernando a punta de decretos y sin controles, -lo que aparentemente lo muestra más fortalecido-, se mantiene la tendencia a su debilitamiento, agravado ahora por la aguda crisis económica que está dejando la pandemia, por el incremento y desborde de la violencia, por las dificultades del uribismo, por el creciente malestar e inconformidad social

El manejo dado a la pandemia no está dejando bien parado a este tercer gobierno de Uribe; en la segunda semana de septiembre el país ocupa el puesto 11 en las muertes por covid-19 en el mundo y el séptimo con más contagios, al acercarse a los 750.000.000 a mediados de este mes.

El cuadro económico actual y el venidero es crítico, en el segundo trimestre de este año se presentó un decrecimiento del 15.7 por ciento, en este 2020 el Producto Interno Bruto será de –7.5, el desempleo llego en julio al 20.2 por ciento. En estos meses muchos colombianos han visto drásticamente mermados sus ingresos o no han tenido entrada alguna, no han tenido con qué conseguir la comida, ni con qué pagar el arriendo, ni los servicios, ni las deudas.

A partir del primero de septiembre con un promedio de 250 muertes causadas por el virus, el Gobierno ha dejado atrás la cuarentena y ha abierto casi todas las actividades para entrar a la llamada recuperación económica, en la que de nuevo los sacrificados serán los sectores medios y especialmente los trabajadores y demás sectores populares, con lo que tenderá a ampliarse el descontento y la inconformidad y por tanto la condiciones para tomarse de nuevo las calles.

Las masacres ocurridas estas últimas semanas y sobre todo el incremento de las mismas-van 54 este año), ha hecho crecer en el país la sensación de que se esta incrementado y saliendo de madres la violencia, de que en ello hay responsabilidad del gobierno y que este, efectivamente esta haciendo trizas los Acuerdos de la Habana y las perspectivas de paz. Los asesinatos de dirigentes sociales llegan a 1.000 y a 225 el número de ex combatientes.

Vuelven las jornadas

Todo lo anterior tiende a reactivar la movilización y a fortalecer la oposición, así en los meses de la cuarentena Duque hubiese tenido un respiro y una relativa tranquilad. El aislamiento obligatorio ha quedado atrás desde este primero de septiembre, el gobierno ha mandado la gente a las calles, a los centros de trabajo, los comercios, todo, priorizando la economía sobre la vida.

Las marchas por la Dignidad de hace unas semanas, el Canto Por La Vida convocado el 30 de agosto por los artistas, el ambiente de la convocatoria de 4 de septiembre, la caravana nacional del 7, jalonada por el Comando nacional de paro, la convocatoria de de las redes para el 13 y la que se está haciendo para el 23, son los asomos de un nueva oleada de movilizaciones y de nuevos momentos de lucha social y política, ese será el signo dominante de los meses venideros.

Combinar distintas dinámicas y formas de lucha

Las perspectivas hacia la crisis de gobernabilidad y hacia las opciones de nuevo Gobierno, no murieron con el paréntesis de la cuarentena, por el contrario, están reapareciendo, tienden a fortalecerse hacia el futuro inmediato y están renovando las esperanzas.

Las movilización social que se ve venir, será más fuerte y de mayor futuro si se avanza en la confluencia para la acción y se decantan al fragor de la misma puntos convergentes que le den vida y consistencia a un bloque de cambios, que trascienda la coyuntura y se proyecte en una perspectiva más amplia de lucha, nuevo Gobierno, transformaciones y paz.

En la acumulación y los caminos hacia esa perspectiva de Gobierno, si bien están contempladas las cuestiones electorales, lo central estará en las dinámicas de movilización, en el de fortalecimiento de la organización popular y en el ascenso de la lucha por reivindicaciones políticas y cambios.

En la acumulación y los caminos hacia esa perspectiva de Gobierno, si bien están contempladas las cuestiones electorales, el esfuerzo prioritario ha de estar en las dinámicas de movilización, en el de fortalecimiento de la organización popular y en el ascenso de la lucha por reivindicaciones políticas y por cambios.

Sin excluir, ni polarizar, habrá que combinar distintas dinámicas, expresiones y formas de lucha de conformidad con los escenarios y caminos que la misma realidad vaya habilitando.

Por: Aureliano Carbonell. Delegado en los acuerdos de paz entre el ELN y el gobierno

Tomado de: https://desinformemonos.org/

Last modified: 16/09/2020

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